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Errores al educar a nuestros hijos

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Me hago eco de un artículo publicado en el diario ABC en el que el Dr. Cortejoso nos enumera los errores más comunes que los padres cometemos al educar a nuestros hijos. Es cierto que no es fácil la tarea de educar a un niño. Influyen muchos factores y no podemos tenerlos en una burbuja, protegidos y relacionándose sólo con quien nos guste. La tarea principal de los padres es guiarlos para que ellos escojan el buen camino. No siempre lo conseguimos. 


A continuación les muestro los fallos más comunes según este psicólogo, cuando educamos a nuestros hijos y algunos consejos para evitarlos:

1. No escuchar a nuestros hijos: A veces es cierto que no escuchamos lo que nuestros hijos tienen que decirnos. Les cortamos a media conversación y damos por hecho lo que nos quieren decir. Hay que tener paciencia, escucharles y dejarles explicar sus motivos. Quizás así entenderemos mejor ciertos comportamientos.

2. No reconocemos sus puntos fuertes o virtudes: No siempre halagamos a nuestros hijos cuando hacen algo bien hecho o le quitamos mérito a algún logro. Es muy importante en su educación alabarlos y alentarles a que hagan las cosas bien, no sólo regañarlos cuando cometen algún fallo. El halago es un arma muy fuerte en su educación y no hay nada como sentirte valorado cuando haces las cosas bien.

3. El respeto a su personalidad: Hemos comentado en varias ocasiones que cada niño es único y diferente y por ello no se deben educar de la misma forma que otros niños. Cada uno tiene su personalidad, sus objetivos y sus virtudes. Hay que saber cómo sacar provecho de ellos y adaptarnos a su personalidad. 

4. La sobreprotección: Muchos padres caen en el grave error de sobreproteger a sus hijos. Hay que proteger a los niños, pero a la vez darles cierta autonomía y perder el miedo eterno que tenemos los padres a que les pase cualquier cosa. Si los sobreprotegemos, podremos ocasionarles graves consecuencias para el futuro, donde no estarán tan vigilados por nosotros.

5. Acostumbrarles a que les den todo hecho: Hay niños que  están acostumbrados a que les den todo hecho y nunca han hecho el mínimo esfuerzo para aprender a hacer algo por sí solos. Este es un error grave, porque si no les damos pequeñas responsabilidades y les enseñamos tareas propias de cada edad, cuando crezcan se sentirán inútiles y no serán capaces de ser autónomos e independientes.

6. Gritarles: Muchas veces perdemos el control y terminamos gritando a nuestros hijos. Estos  gritos les acarrean muchas consecuencias negativas, ya que les podemos dar a entender que esa es la única forma de relacionarse con los demás.

7. Intentar educar igual a los hermanos: Como hemos comentado antes, cada niño es diferente. Una cosa es intentar transmitirles los mismos valores a los hermanos, que es lo correcto, y otra cuestión es que intentemos que sean iguales en todo, que no es correcto. Cada niño es distinto y se debe educar en la individualidad. Un hermano tendrá unos puntos fuertes y otros débiles que habrá que corregir, y no por ello el otro hermano será igual. En este artículo hablamos sobre ello.

8. Comparar a nuestros hijos:  Las comparaciones son odiosas y es algo a lo que los padres recurrimos constantemente. "Mira tu hermano como"…, "si fueras como tu amigo que"…, "mira tu primo lo bien que"… Debemos evitar las comparaciones y no atormentarlos continuamente al compararlos con los demás.

9. No limitarlos constantemente en cosas sin mucha importancia: Como ejemplo nos ponen que si tu hijo te hace un buen dibujo en la pared de casa, seguramente te vas a enfadar y gritarle, pero la idea es sopesar si es para tanto. Quizás el dibujo es bueno y debemos proporcionarle los medios para hacerlo en otro lugar más adecuado. Hay que darles cierto margen de actuación para que explore y descubra poco a poco sus intereses, capacidades y limitaciones.

10. No comunicarnos con nuestros hijos: En este blog no nos cansamos de decir una y otra vez que la comunicación con nuestros hijos es de vital importancia. Da igual la edad y el tema, lo importante es hablar con ellos y escuchar lo que nos tienen que decir, crear confianza para que sean capaces de contarnos cualquier problema o duda que tengan. Una buena comunicación creará un buen vínculo entre padres e hijo.

Educando a niños de 6 a 12 años

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Los niños de 6 a 12 años, ya empiezan una nueva etapa en la que aparecen nuevos protagonistas: los aparatos tecnológicos, la televisión y los teléfonos móviles.

Mi hijo va a cumplir 7 años y si por él fuera, estaría jugando todo el día con las tabletas, los móviles o las videoconsolas. Nosotros le hemos restringido el uso de estos aparatos a los fines de semana, pero es una lucha constante a la que sería muy fácil ceder, pues mientras ellos están jugando, nosotros tenemos más tiempo para realizar otras tareas o simplemente descansar de un día agotador, sin embargo debemos hacer un esfuerzo, pues esta es una etapa muy importante en la que los padres debemos estar presentes y tener cuidado para lograr que nuestros hijos maduren de forma adecuada y no caigan en las redes de la tecnología. Como hemos comentado varias veces, estos aparatos no son malos, siempre y cuando se tenga mesura y se pongan los límites adecuados.

Esta etapa en la vida de nuestros hijos, es crucial para formarles en valores y afianzar la autoestima, para que en un futuro puedan tomar sus propias decisiones y tengan una buena base, además de costumbres y valores positivos.

Los niños de 6 a 12 años son muy influenciables. Por eso también debemos estar al tanto de los amigos de nuestros hijos, pues ellos ejercerán una gran influencia, compitiendo con la educación que los padres y profesores les damos a los hijos. Hay que seguir de cerca las amistades, hablar mucho con ellos para que nos cuenten cosas sobre las relaciones con sus amigos.

También es importante en esta etapa, que los niños se responsabilicen de sus tareas escolares y adquieran hábitos de estudio. No sirve que hagan sus deberes de forma rápida para salir del paso, sino que debemos educarlos para que hagan las cosas bien, limpias y ordenadas, porque esa base les servirá para el futuro. Los niños tienen que esforzarse y deben saber que las cosas se ganan con esfuerzo y constancia. Si les damos todo lo que quieren, los niños se creeran los dueños del mundo y cuando sean mayores exigirán conseguir las cosas sin el menor esfuerzo.

Es normal que los niños de 6 a 12 años no sean tan cariñosos y apegados como en la etapa anterior. A esta edad, muchos quieren ser más independientes y les cuesta mostrar su afecto, pero ello no quiere decir que no necesiten sentirse queridos. Los padres debemos ser cariñosos con ellos, haciéndoles saber que los queremos y velamos por ellos.

Es imprescindible enseñar a nuestros hijos en esta edad a respetar a las personas, a no juzgar ni catalogar a nadie por su apariencia o condición social y a respetar a las personas adultas, a sus maestros y por supuesto a sus padres.


Niños al aire libre

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Los niños de hoy día no tienen muchas ocasiones de disfrutar de un entorno natural (sobretodo los que viven en las ciudades), como teníamos los de mi generación. Antes teníamos más libertad, jugábamos más en la calle y teníamos mucho más contacto con la naturaleza.

Es muy importante que los niños aprendan a conocer más de cerca el origen de la vida, que salgan regularmente al aire libre o al parque y no se centren tanto en los videojuegos y otros aparatos tecnológicos.

Hay informes que reconocen las ventajas que conlleva el hecho de estar en contacto permanente con el medio natural y una de ellas es la salud, ya que las personas están más sanas, se adaptan mejor y tienen más capacidad de concentrarse en admirar los espacios verdes, cosa que les proporciona tranquilidad y un aumento en la atención en el ámbito escolar, además de reducir el estrés.

Cada día la sociedad es más consciente de que debemos cuidar el planeta y hemos de contribuir para que el mundo sea cada vez más sostenible. Una manera de hacerlo es inculcando estos valores a nuestros hijos, enseñándoles a respetar el medio ambiente, a reducir el consumo innecesario y a valorar lo que nos brinda la naturaleza.

Se ha demostrado que cuando se acondicionan zonas verdes con árboles y huertos en las escuelas, el comportamiento y los resultados académicos son mejores.

El autor del libro “Last child in the Woods”, Richard Louv, sostiene que existen un grupo de dolencias modernas a las que ha denominado “Trastorno por déficit de naturaleza”. Entre este grupo de dolencias, están la ansiedad, hiperactividad, el estrés o la depresión y todo ello puede ser provocado por la falta de contacto con un entorno natural.

Intentemos hacer un esfuerzo por nuestros hijos y por nuestro planeta dándole la importancia necesaria al hecho de cuidar y preservar la Tierra, compartiendo con ellos las diversas riquezas naturales que nos ofrece.

Nuestra generación no necesitaba consolas ni artilugios para ser feliz.

Violencia en las aulas

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Leo un artículo en el periódico 20 Minutos sobre el aumento de la violencia en las clases de primaria y me preocupa que se haya llegado a esta situación.  Decía el artículo, que según el informe del Defensor del Profesor en Catalunya, los estudiantes tienen cada vez más actitudes violentas y provocadoras con sus profesores.

Para empezar, pienso que el hecho de que exista la figura del “Defensor del profesor” ya es una mala señal. En mi caso pertenezco a la generación de los 70 y en mis años de estudiante existía un respeto a los profesores, que era incuestionable. Era una figura a la que debíamos mostrar respeto y era todo un referente para nosotros. Los alumnos nos dirigíamos con educación incluso les hablábamos de usted y no necesariamente estábamos intimidados por ellos. En mi época escolar no hubo castigos físicos, por lo menos en el colegio en el que estudié, pero nadie osaba cuestionar al profesor y sus métodos para enseñar. Cuando llegaba el profesor nos poníamos de pie en señal de respeto, levantábamos la mano para preguntar algo y hasta que no nos daban permiso no nos atrevíamos a hablar y ni se nos pasaba por la cabeza insultar a un maestro. Evidentemente no todos los colegios serían igual, todo depende de la zona, del colegio, del barrio, etc., pero de todas formas hoy día todo ha cambiado bastante.

Dice el artículo que este incremento de la violencia está motivado por el bombardeo audiovisual que reciben los jóvenes, los videojuegos, las películas violentas, etc., que les transmiten una mala influencia, pero yo creo que ese motivo es sólo uno más añadido a la poca educación que enseñamos a nuestros hijos, defendiendo algunas veces a nuestro retoño antes que al profesor. En mi época lo que decía el profesor iba a misa, los padres acataban el castigo (ya fuera estar una tarde haciendo operaciones matemáticas, escribiendo mil veces la misma frase o castigado en un rincón), pero las cosas han cambiado y deberíamos preguntarnos ¿por qué?, ¿qué podemos hacer para volver a instaurar ese respeto

No me extraña que muchos profesores se sientan indefensos e intimidados y terminen con depresión; creo que nos corresponde a los padres intentar encontrar una solución para educar a los hijos en conjunto y formarlos en una sociedad mejor.