Esta web utiliza cookies para obtener datos estadísticos de la navegación de sus usuarios. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso. Más información Cerrar

Adolescentes y su imagen

|

Una vez los niños llegan a la pre-adolescencia o incluso antes, empiezan a mostrar preferencias y quieren elegir personalmente su vestimenta y su aspecto personal.


Cuando nuestros hijos llegan a la adolescencia, sienten la necesidad de ser independientes en todos los aspectos y la imagen que proyectan es muy importante para ellos. Para los adolescentes es muy importante sentirse valorados e integrados en su grupo social. Es común que quieran seguir la moda o tendencias del momento, para sentirse reconocidos e integrados en su grupo. Para muchos padres, esas tendencias y modas les pueden parecer inapropiadas e incluso estrambóticas, siendo un tema de conflicto con sus hijos adolescentes.

Cuando los niños son pequeños, los padres nos preocupamos en que estén limpios y bien vestidos, que vayan de forma adecuada al colegio y a otros lugares, pero llega un momento en que nuestra opinión empieza a perder fuerza y nuestros hijos empiezan a decidir lo que se quieren poner y cómo se quieren vestir. Generalmente suelen mostrar rechazo a todo lo que han llevado hasta ahora y suelen tener gustos opuestos a los de sus padres, pues piensan que ya no son niños y que deben mostrar un estilo propio, adecuado a su personalidad.

Los padres debemos restarle importancia a este tema, siempre y cuando no sea algo alarmante. Debemos ser capaces de "negociar" e intentar no mostrar demasiado rechazo a un tipo de vestimenta o una moda, pues el adolescente tiende a encontrarla más atractiva aún.

Algunos jóvenes se toman muy en serio su imagen física y llegan a sentir ansiedad y preocupación por cómo los ven los demás. Muchos se sienten influenciados por las marcas y modas que han creado las multinacionales y sienten necesidad de ir vestidos tal como dicta la industria de la moda. Su imagen está relacionada con su autoestima y por supuesto que para ellos es de vital importancia.

Los padres podemos orientarles y dejarles libertad para elegir, pero sin caer en la tentación de proporcionarles todo lo que nos pidan, por ejemplo, asignando un presupuesto y ayudándolos a adaptarse a su entorno social con responsabilidad y de forma racional.

El hijo único

|

Muchas parejas se plantean no tener hijos y algunas eligen tener un solo hijo. Esa decisión compete exclusivamente a la pareja, teniendo en cuenta sus intereses y valoraciones a la hora de decidir tener descendencia. Hoy en día es bastante común ver familias con un solo hijo, y al contrario que hace un tiempo, a los padres de este tipo de familias ya no se les tilda de "egoístas", pues la tendencia es que cada vez más existan familias de un solo hijo en los países industrializados.



Ser hijo único tiene sus ventajas y sus inconvenientes, pero no existe ninguna norma que afirme que es mejor tener hermanos. Los niños tienen necesidades afectivas, sociales y personales durante su período de crecimiento y una de las ventajas principales de ser hijo único es que toda la atención y los cuidados, se le dedican en exclusiva, además en el plano económico, se emplean más medios materiales para su educación. También en el ámbito escolar, es más fácil dedicarle más tiempo a un niño que a dos o más. Los hijos únicos suelen mostrarse más ambiciosos, adquiriendo mayor autoestima y capacidad de liderazgo. También desarrollan su capacidad de imaginación y su creatividad. Es frecuente que los hijos únicos jueguen solos y desarrollen sus fantasías.

Sin embargo, ser hijo único, también tiene sus inconvenientes. Se deben cuidar sus relaciones sociales con los niños de su edad, enseñarles a compartir sus cosas y fomentar la relación con otros amiguitos, intentando evitar enfados o peleas. Es frecuente relacionar a los que son hijos únicos con niños mimados, sin embargo no tiene por qué ser así. Los padres de estos niños, no deben confundir el hecho de dedicarles su atención con sobreprotegerles y mimarlos. A veces los padres tienden a proteger a los hijos únicos de manera exagerada, por el temor a que llegue a pasarles algo y por ello, intentan evitarles cualquier actividad que les parezca peligrosa o que les aleje su supervisión. 

Hay que tener en cuenta que un hijo único puede madurar más rápido y tener comportamientos de adulto, por lo que no debemos olvidar favorecer el contacto con otros niños de su edad para compartir experiencias y juegos adecuados a su edad.

Los hijos únicos deben aprender a aceptar las normas cuando juegan en equipo. Al no relacionarse con hermanos, es posible que tengan más dificultad para madurar emocionalmente. Las negociaciones, la resolución de conflictos o los juegos en grupo, son facetas que deben cuidarse, pues cuando se tiene hermanos, es habitual que lidien con estos temas, pero el hijo único deberá aprender a desarrollarlas en sociedad.

En definitiva, tener uno o más hijos es una elección de los padres, pero ello no conlleva una mejor o peor educación, pues tanto los hijos únicos como los que tienen hermanos, se educarán de acuerdo a las circunstancias y el entorno que les rodea.

Quitar el pañal de la noche

|

Todavía no he podido quitarle el pañal nocturno a mi hijo de 6 años. Lo hemos intentado varias veces, pero ha sido inútil, pues según la pediatra, su cerebro no ha madurado lo suficiente para dar la orden de retener la orina o levantarse a hacer pipí.

Por lo que he leído sobre el tema, hasta los 6 años es normal la enuresis nocturna (tal como se denomina a este trastorno), sobre todo si existen antecedentes en la familia, pero a partir de esa edad, ya se debe plantearse la enuresis como un problema a resolver. Más del 70% de los niños con ese problema tiene un familiar de primer grado que sufrió ese trastorno. Otras causas como la poca capacidad funcional de la vejiga o el retraso en la maduración del control vesical pueden ser factores que determinen la enuresis.


Nunca se debe presionar al niño o niña, ni ridiculizarles delante de otros. Debemos ser comprensivos y mantener una actitud tranquilizadora, aunque también deberemos ser exigentes con ciertos comportamientos. Si conseguimos un buen aprendizaje del control del esfínter, tanto los padres como los hijos obtendrán una gratificación y los niños experimentarán una gran autoestima y plena sensación de autonomía. 

Primero debemos valorar si existe algún problema físico o enfermedad. Pueden existir problemas afectivos (como la llegada de un hermano, la muerte de un familiar, problemas escolares o un cambio drástico en la familia) y también puede haber factores más puntuales que influyen en un momento determinado, como ver una película de miedo o algún suceso muy concreto que explica que el niño se haga pipí en un momento determinado. 

Es aconsejable motivar al niño e intentar darle poca importancia al tema. Los padres debemos ser conscientes de que la enuresis nocturna no es un comportamiento voluntario y no hay nadie más angustiado que el propio niño, por lo que se debe evitar hablar todas las noches sobre ese tema porque hacerlo puede incidir negativamente en su afectividad. Algunos niños sienten ansiedad y les afecta socialmente, ya que evitan ir de colonias o quedarse a dormir en casa de algún amiguito para que no se enteren de “su problema”. 

Algunos trucos para intentar quitar el pañal nocturno con éxito:

  • Controlar la ingesta de líquidos después de las 6 de la tarde. Es recomendable no dar más de un vaso con líquidos después de esa hora.
  •  Ir cada día a orinar, justo antes de acostarse. Aunque no tenga pipí, el niño debe intentarlo durante un ratito antes de irse a acostar.
  •  Se podría preparar un calendario y ponerlo en un sitio visible, en el cual el niño dibuje un sol los días que no se ha hecho pipí y una nube el día que sí se haga. Mientras más soles haya en el calendario, más los elogiaremos y podremos establecer algún pequeño premio cuando consiga más soles que nubes.
  •  Practicar ejercicios de retención. Es decir, en el momento de orinar, retener el chorro unos segundos y después seguir hasta el final. Este ejercicio debe ser continuado.
  •  También podemos levantarlos por la noche antes de que mojen la cama, pero para esta opción hay que tener mucha paciencia y no está demostrado que realmente funcione, que generalmente los niños enurésicos suelen tener un sueño muy profundo y no se enteran de la situación.

Recordemos que el niño debe estar motivado y comprender lo que está ocurriendo, ya que sin motivación no hay colaboración y cuesta más avanzar. Mientras más alegre y cordial sea el trato familiar, más eficaz será el control de la enuresis nocturna

Cuando las pérdidas de pipí son durante el día, se le llama incontinencia urinaria. En otros artículos hemos hablado sobre cómo quitar el pañal de día y también ofrecemos algunos consejos.