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Influencia de los padres

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Uno de nuestros mayores temores cuando nuestros hijos crecen, es el miedo a perder el control sobre la influencia que nuestros hijos reciben de su entorno más cercano; sus amigos, vecinos, compañeros de clase, etc, influencias que a veces son negativas y los pueden llevar por caminos peligrosos en algunos casos. 


Está claro que los padres no podemos tener a nuestros hijos protegidos en una burbuja. Ellos necesitan experimentar por sí mismos y muchas veces fracasarán y tropezarán con adversidades, pero ello es necesario para que se abran camino en su vida. Sin embargo, los padres sí podemos influenciar en nuestros hijos de forma positiva y orientar a nuestros hijos en temas tan delicados como las drogas y el alcohol, para que sean responsables y tomen el camino correcto.

Aquí enumeramos algunas pautas a seguir para fomentar una relación más estrecha entre padres e hijos:

1. Dar ejemplo: lo hemos comentado varias veces en este blog; el mejor ejemplo lo podemos dar los padres. Hay que evitar ser contradictorios entre nuestras palabras y nuestras acciones. Si por ejemplo, les hablamos de lo nocivo que es el alcohol, también nosotros debemos tomarlo de modo responsable y ser consecuentes. A veces la forma en la que nosotros los padres lidiamos con las emociones, la ira o el estrés, dice mucho más que las palabras.

2. Comunícate con tus hijos: La comunicación es uno de los pilares básicos en la educación de nuestros hijos. Mientras más conozcamos a nuestros hijos, más fácil será guiarlos para que hagan buenas amistades o actividades interesantes. Habla con tus hijos cada día, coménten cómo ha ido el día, pregúntales sus opiniones y demuestra que valoras sus comentarios e ideas.

3. Pon reglas y límites: También hemos comentado anteriormente en este blog, sobre la importancia de poner límites a nuestros hijos. Sí se rompe una regla, no dejes de aplicar las consecuencias de su acción, si les prohiste ver la televisión, por ejemplo, cúmplelo. Esto les enseña a actuar con responsabilidad y asumir las consecuencias de sus acciones. Sin embargo, nunca está de más, halagarlos cuando cumplen las expectativas.

4. Apoya a tus hijos: Si tu hijo está disgustado, pregúntale y ayúdalo a manejar sus problemas. Ellos tienen que saber que siempre pueden contar con nosotros. Debemos escuchar sus preocupaciones sin juzgarlos e intentar no sermonearlos cuando no estamos de acuerdo. Si queremos que ellos se sientan bien y nos tengan confianza, tenemos que acercarnos a ellos.

5. Participa en la vida diaria de tus hijos: A veces veo niños que están todo el día con otras personas y por la noche, cuando llegan los padres ya cansados, lo que menos quieren es compartir con sus hijos, pues terminan agotados de la jornada laboral. Siempre hemos comentado que el tiempo que pasamos con ellos debe ser de calidad, y aunque sea poco tiempo, ese momento debemos dedicarlo por entero a ellos. Juega con ellos, comparte actividades que le interesen, deja el teléfono a un lado cuando estés con ellos, etc. Son acciones que demuestran que ellos son lo más importante para nosotros.

6. Conoce a sus amigos: Es necesario saber con quién se juntan y quiénes son los amigos de nuestros hijos. Sin duda ellos serán una gran influencia para ellos y si los conocemos, podemos orientar a nuestros hijos, para que creen un ambiente positivo y se relacionen con personas que compartan sus mismos intereses y actividades.




A veces debemos decir NO

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Tanto en situaciones de la vida cotidiana, como en el trato con nuestros hijos, a muchos padres se nos hace difícil decir NO a nuestros hijos, primero porque ceder es la forma más fácil de evitar los conflictos y segundo porque pensamos en que ellos van a sufrir si les negamos lo que nos piden.

Los padres debemos reflexionar sobre la importancia de mantener una disciplina y establecer límites, pues con ello les enseñamos a dominarse y mantener un autocontrol en su propia vida.

A veces los niños tienen un encanto irresistible y nos es muy fácil sucumbir a sus peticiones. Muchas veces, los padres estamos cansados, no tenemos tiempo o ganas para enfrentarnos a nuestros hijos y muchos terminamos cediendo a sus peticiones.

Cuando le decimos NO a nuestros hijos, debemos hacerlo de forma racional, ser coherentes con nuestra decisión y siempre respetuosos. También tenemos que adaptarnos a la edad del niño cuando hablemos con ellos, para que entiendan la decisión.

Los niños y jóvenes se sienten seguros cuando a los padres se nos ve seguros al colocar esos límites. Ellos sientes que los padres estamos ahí para protegerlos, aunque en el momento no entiendan el porqué de la decisión. Esto ayuda a nuestros hijos a formar su personalidad. La familia es clave en la personalidad de los hijos, por lo tanto, si les brindamos un clima de seguridad y comunicación, ellos se sentirán mucho más respaldados y seguros.

Si le decimos un NO a un niño o adolescente y posteriormente le cambiamos al SÍ, estamos propiciando que nuestros hijos no aprendan a tolerar las frustraciones y en el futuro, les costará solucionar los problemas que la vida les pueda plantear.

No es necesario ser tajante, se pueden ofrecer alternativas, pero hay que recordar que un NO bien dicho, puede abrir las puertas a muchos "SI" en el futuro.

Adolescentes y los límites

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En otras ocasiones hemos hablado sobre la importancia de los límites y la disciplina. Esta vez vamos a enfocar el tema desde el punto de vista de los adolescentes.


Es muy importante fijar límites a los adolescentes, porque con ellos les ayudamos a que sean conscientes de hasta dónde pueden llegar en sus actuaciones, los límites que les marcamos los padres les dan seguridad y confianza ya que serán capaces de percibir la línea que no deben cruzar y tendrán una orientación sobre cómo deben comportarse.

Si el adolescente no encuentra límites en la familia, seguramente las buscará fuera de ella, entre su grupo de amigos o con los compañeros de la escuela y eso puede ser perjudicial, ya que el adolescente correrá el riesgo de toparse con algún líder e identificarse con él o seguir sus directrices.

No se trata de ser tiranos con ellos ni imponerse a las malas, sino de razonar y enseñarles el arte de la negociación. Debemos razonar con el adolescente y explicarles el porqué las imposiciones que le ponemos (sin dar demasiadas explicaciones) pero dándoles una razón lógica. El adolescente no aceptará un NO a secas y ello hará que sea más rebelde con las normas impuestas. Sería bueno que escucháramos su opinión y no seamos intransigentes con ellos, ya que eso facilitará la comunicación entre padres y adolescentes.

Estos límites y normas les prepararán para enfrentarse al futuro y para hacerles comprender que en la vida tendrán que renunciar a muchas cosas que desean y enfrentarse a una sociedad llena de normas que se deben respetar.

A veces los padres pensamos que los adolescentes son capaces y los suficientemente maduros para tomar ciertas decisiones, sin embargo no nos podemos imaginar lo mucho que agradecen que los adultos les ayudemos a tomar esas decisiones, sobretodo aquellas que tienen gran trascendencia en su vida. Es muy importante preparar a los adolescentes para que sepan cómo actuar con anticipación si se encuentra en una situación difícil, por ello debemos orientarles desde la pre-adolescencia sobre los temas en los que pueden verse implicados, como la sexualidad, las drogas o el alcohol.

No olvidemos que cuando imponemos ciertos límites, estamos educando a nuestros hijos. Los padres somos un modelo de conducta y referencia para nuestros hijos. Estos límites se deben aplicar sobre las cosas importantes y debemos ser firmes en ellos siempre respetando los derechos de todos los miembros de la familia.