Ahora que se acerca la Navidad, me gustaría hablar sobre un tema importante en la educación de nuestros hijos. Durante la etapa de la adolescencia, los chicos ya empiezan a asistir a fiestas y lugares donde el alcohol está presente y a su alcance, a pesar de las normas establecidas en la sociedad.
Es muy importante que eduquemos a nuestros hijos sobre el alcohol, porque a largo plazo, las consecuencias pueden ser mayores y puede llegar a convertirse en un verdadero problema.
Está comprobado estadísticamente, que el 80% de los jóvenes que han terminado el colegio, se han emborrachado al menos una vez en su vida y muchos de ellos son alcohólicos.
El alcohol es una droga, que tiene efectos tan dañinos como la marihuana o el tabaco y es relativamente fácil de conseguir, ya que está presente en muchas celebraciones y fiestas a las que asisten nuestros hijos.
No siempre son los hijos de los demás, los que se emborrachan y los padres deberíamos ser capaces de identificar cuando este problema ataca a nuestros propios hijos, pero lo más esencial, es tener comunicación con ellos desde que están en la pre-adolescencia, para que sean conscientes de los peligros que el alcohol puede causarles.
Lo principal es darles ejemplo. No podemos alertar a nuestros hijos del problema del alcohol, si los padres nos emborrachamos a menudo. Nosotros somos su principal referencia y modelos a imitar. Se ha de tomar especial precaución en el mensaje que les transmitimos cuando tomamos alcohol.
Los adolescentes suelen tomar alcohol los fines de semana, ya que es cuando suelen tener las actividades de ocio. Cuando se inician en las bebidas alcohólicas, los jóvenes necesitan muy poca dosis para emborracharse y muchos creen que si toman bastante el fin de semana, pero no lo prueban durante el resto de la semana, que no es tan perjudicial para el organismo.
Muchos niños empiezan a tomar alcohol a la edad de 12 años, una edad en la que son totalmente influenciables por sus amigos, una edad en la que "tener el puntillo" es divertido y beber los hace ser más "guays" y agradables con los demás. Los niños más inseguros o tímidos, tienen más posibilidades de tomar alcohol, porque eso los desinhibe y se creen mejor adaptados en el círculo social. Ahí es donde los padres debemos educarlos y darles pautas para que aprendan a disfrutar y a celebrar sus jornadas de ocio, sin necesidad de tomar alcohol para divertirse. Hay que ayudarles a generar confianza en sí mismos, a aprender a lidiar con sus problemas y podemos fomentar actividades sanas, como el deporte o invitar a sus amigos a casa, para que se diviertan de forma más sana.
Debe quedar claro que el alcohol es una sustancia tóxica para nuestro organismo y que una vez
consumido tiene que desaparecer de nuestro cuerpo, con las consecuencias que ello conlleva para la salud. El alcohol también causa problemas de aprendizaje, de memoria y merma la capacidad de pensar. La adolescencia es una etapa crucial para el desarrollo cerebral, por lo que el consumo de alcohol puede tener consecuencias negativas a largo plazo en su vida de adulto/a.
Hablemos con nuestros hijos, en un entorno relajado, sin reproches ni sermones, intercambiemos con ellos sus impresiones al respecto y ayudémosles a diferenciar el uso del abuso del alcohol, porque mientras más información tengan, mejor preparados estarán para afrontar el tema de las bebidas alcohólicas.
Algunos libros que hablan sobre el tema de los jóvenes y el alcohol y puedes adquirir a través de Amazon:
ADOLESCENTES, ALCOHOL Y DROGAS (NIÑOS Y ADOLESCENTES)
Algunos libros que hablan sobre el tema de los jóvenes y el alcohol y puedes adquirir a través de Amazon:
Adolescentes y alcohol : cómo son?, qué inquietudes tienen?, por qué razones beben?:recomendaciónes para padres y educadores
Adolescentes, ocio y consumo de alcohol