El otro día leí un
artículo que afirmaba que un tercio de los padres preferiría hacer
sus vacaciones sin los niños. Por un lado pienso que es normal que
los padres quieran tener un poco de intimidad para su vida en pareja
y que a veces el viajar con niños nos limita el abanico de
posibilidades para unas vacaciones exóticas o diferentes, pero por
otro lado, pienso que uno de los pocos momentos que tenemos al año
para disfrutar de la familia, compartir con nuestros hijos, aprender
nuevas experiencias, etc, es en las vacaciones de verano, y si
tenemos la posibilidad de compartir estos momentos con ellos,
deberíamos aprovecharlos, porque luego ellos abandonarán el nido y
desearemos haber compartido más con ellos en su momento.
Hay hoteles, restaurantes
y cada vez un mayor número de establecimientos en las que los niños
"están prohibidos". Recuerdo una vez que buscaba
alojamiento en un país de América y había una cantidad
significativa de hoteles que colgaban sus carteles "NIÑOS NO".
Incluso existen líneas aéreas que empiezan a plantearse trayectos
largos sin niños.
Es una realidad que a
muchas personas les molestan los niños y preferirían estar más
tranquilos en sus vuelos o cenando en un restaurante, pero yo creo
que más que molestarles los niños, lo que les molesta en realidad
son los niños maleducados. Nos corresponde a los padres educar a nuestros hijos para que sepan comportarse en lugares públicos.
Considero que es perfectamente compatible ir a comer con los niños a
un restaurante sin molestar a los demás comensales. Es verdad que
hay niños muy inquietos o que algún día pueden tener una pataleta
en público, pero eso no es motivo para privarnos de realizar ciertas
actividades con ellos, simplemente, vuelvo a recalcar, debemos
educarlos, intentar hacerles comprender que hay sitios en los que deben comportarse adecuadamente y así podremos compartir con ellos la deliciosa experiencia de viajar y
descubrir nuevas culturas.