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Juegos de niños

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Como hemos comentado algunas veces, una de las grandes necesidades de los niños es la recreación, es decir, el juego. Es una parte muy importante para su desarrollo, ya que los niños adquieren habilidades, destreza, aprenden a acatar las normas del juego, a compartir con los demás, etc.

El otro día leía que los niños españoles juegan poco y que un tercio de ellos lo hace sólo y con la consola. Dicho artículo decía que el 44% de los hogares cuentan con una consola de videojuegos y que en los jóvenes de 12 a 14 años esta proporción sube al 60%.


Hay algunos juegos que son educativos y sirven para aprender, pero también hay muchos otros juegos que crean adicción y pueden traer efectos negativos. Hay que saber racionar el tiempo de uso de los videojuegos, ya que usados en exceso, éstos pueden ser dañinos y entorpecedores del desarrollo, ya que habitualmente el jugador está absorto en el juego y no interactúa con su entorno.

En mi caso, mi hijo de 5 años tiene una consola, que intentamos racionalizar al máximo y sólo juega unas horas el fin de semana. Es verdad que es muy difícil evitar que jueguen todo el tiempo con estos juegos, pero debemos proponerles juegos alternativos con la familia o juegos al aire libre, que tanto bien les hacen y limitar las horas frente a la consola.

También comentaban en el artículo que las familias han abandonado su función socializadora y que los pequeños han salido de la calle por los peligros que conlleva y en su lugar juegan solos o con un adulto.

¡Como echamos de menos jugar con los vecinos, en el patio, en el parque...como hacíamos antes! Es necesario también reivindicar la conciliación familiar y laboral que nos permita a los padres estar más tiempo con nuestros hijos, jugar con ellos y dejarlos disfrutar.

Darles autonomía a nuestros hijos

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Si le damos autonomía a nuestros hijos, le damos el derecho y la capacidad a orientar su vida y llegar a ser lo que se quiere para beneficio propio y el de los demás. Ser autónomos es ser capaces de pensar por sí mismos pero con sentido crítico, es decir tomando en cuenta los diferentes puntos de vista tanto en lo moral como lo emocional e intelectual; pero no hay que confundir ser autónomo con el libertinaje ni hacer todo lo que ellos quieren.


El ser humano no nace autónomo, ya que depende desde que nace de otras personas que lo cuidan y alimentan y poco a poco va adquiriendo conocimientos y hábitos que le darán autonomía a medida que crezca.

Día a día nuestros hijos van aprendiendo a asumir responsabilidades. Debemos ir poco a poco dándoles tareas, como recoger los juguetes, comer solos, aprender a vestirse, etc y más adelante esas responsabilidades serán mayores, tales como decisiones sobre sus aficiones, sus amigos, el manejo de su dinero, en definitiva, decisiones sobre su vida.

Hay padres que son muy proteccionistas y constantemente velan por la seguridad de sus hijos, sin dejarles arriesgarse ni aprender las cosas por sí mismos, con tal de que no se lastimen, pero esto es una actitud equivocada, que no les hace bien.

Para educar a un hijo, es necesario darle autonomía y así hacerlos cada vez depender menos de los adultos. La palabra autonomía viene ligada a la palabra libertad, que es el derecho que tienen las personas a tomar sus propias decisiones y construir su vida de acuerdo a los valores adquiridos y sus aspiraciones.

Desde muy niño hay que construir y ejercitar esa libertad en nuestras decisiones cotidianas, aunque no hay que llegar al otro extremo y ser un autonomista radical, porque hay que seguir de cerca los pasos de nuestros hijos y darles un acompañamiento responsable que les permita formarse un criterio ético para ayudarles a tomar decisiones a lo largo de sus vidas. Por eso es muy importante que desde muy pequeños les enseñemos a ser independientes y autónomos para que en el futuro se puedan enfrentar a la vida.

La importancia de los valores

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Hoy queremos proponer un artículo interesante que leí el otro día, que hablaba sobre los valores que debemos enseñar a nuestros hijos para que en el futuro sean mejores personas.



Uno de los valores más importantes es el del respeto a sí mismo. Sí los niños se respetan a ellos mismos, podrán respetar y conocer a los demás. Las personas adultas deben demostrar que respetan a los niños escuchándolos y haciéndoles caso cuando se dirigen a ellos. Sería bueno elogiarlo cuando el niño tiene en cuenta los derechos de los demás. Hay que enseñarles a tratar a los demás como a ellos les gustaría ser tratados.

La tolerancia es otro de los valores importantes. Enseñar a nuestros hijos a ser tolerantes y respetar que todo el mundo es diferente, es vital. La naturaleza nos ha creado en esta infinita diversidad y eso es algo positivo, ya que sin estas diferencias el mundo sería aburrido y monótono.

La honestidad es otro de los valores que propone el artículo. Desde pequeños se les debe enseñar a hablar y obrar con la verdad y a ser sinceros con los demás.

La responsabilidad es otro valor básico en la educación de nuestros hijos. Debemos enseñarles a cumplir los compromisos adquiridos, para que podamos confiar en su palabra.

Compartir con la familia, tener amigos con los que jugar y compartir las experiencias con ellos, dar afecto sincero y desinteresado...son algunas de las cosas que harán crecer a nuestros hijos con importantes valores y harán que sean más felices.

Nuestros hijos deben aprender a tener una actitud positiva, ser optimistas y alegres, para enfrentar la vida con mejor humor. La mejor forma de enseñarles todos estos valores es dando ejemplo. La construcción de valores es una tarea imprescindible en la crianza, pues ellos dan sentido a la vida.