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Los amigos de nuestros hijos

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Los niños en general, suelen querer relacionarse con otros niños a partir de los 6 meses, que es cuando aprenden a abrirse a los demás. Sus primeras experiencias con los amigos, serán con juguetes o peluches, después con los niños del parque o familiares de la misma edad.

Sobre los 4-5 años, los niños empiezan a definir sus amistades y a socializarse en su entorno, pero hacer amigos no es tan fácil como parece.

Es muy importante en el desarrollo de nuestros hijos, alentarles a hacer amistades y relacionarse con los demás. Un niño que no tiene hermanos o que juega solo todo el tiempo, puede tener problemas a la hora de adaptarse durante su crecimiento. Nuestra estimulación es básica para ellos y debemos fomentar que el niño se relacione con los demás, aunque no debemos forzarlos a que sean amigos del niño o niña que mejor nos caiga a nosotros, sino dejarles escoger sus propias amistades.

En esta edad es normal que los niños quieran estar con niños y las niñas con niñas, pero poco a poco esto irá cambiando. También es bastante habitual que algunos tengan un "amigo imaginario" pero esto es muy normal y no hay que preocuparse por ello. Mi hijo de 5 años, me habla constantemente de su "amigo invisible" y es como una forma de desarrollar su imaginación y creatividad. Hay que seguirle el juego sin caer en el exceso de importancia con este "amigo" de nuestro hijo.

Está claro que la personalidad de nuestros hijos influye en la elección de amistades. Hay niños a los que les cuesta relacionarse con los demás debido a su timidez o simplemente porque le gusta el juego en solitario. Hay algunos que les lleva su tiempo socializarse y hasta que no cogen confianza en determinado ambiente, no se empiezan a abrir. Siempre debemos respetar esa situación y no presionarles porque puede ser contraproducente, pero debemos reforzar su autoestima para darle confianza a nuestro hijo. Es bueno invitar a sus amiguitos a casa, o fomentar la práctica de deportes o apuntarlos en teatro, etc, para que los niños se relacionen con amigos de su edad.

Por otro lado, en los grupos suele existir uno o varios líderes. Hay algunos niños que son muy extrovertidos y asumen el papel de líder en su grupo. Este líder suele estar rodeado de amigos y a veces puede ser muy exigente, por lo que si es el caso de nuestro hijo, debemos explicarle cómo viven las situaciones los demás niños, para que no siempre sea tan exigente y hacerle ver que no va a ser el centro de atención en todas las situaciones, por ejemplo, en casa con los padres.

Es muy importante conocer a los amigos de nuestros hijos, conocer sus actitudes y su forma de pensar y relacionarnos con los otros padres para crear un clima de confianza. Puede pasar que no nos gusten los amigos que nuestro hijo ha elegido, ya sea porque ejercen una mala influencia o porque contradicen los valores que nosotros le intentamos enseñar, pero no por ello debemos criticarlos, sino que es mejor cuestionar las malas acciones que cometen, explicándoles el porqué está mal y animándoles a no seguir ese camino. Está claro que mientras más pequeño sea nuestro hijo, más fácil será nuestra influencia respecto a sus amistades, porque cuando llega la adolescencia, la situación se hace más difícil.

La mejor forma de que nos escuchen, es manteniendo una buena relación familiar y un clima de diálogo y confianza con ellos, para que sigan nuestros consejos y sean menos manipulables por su entorno.

Empezando la guardería

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Tuve que llevar a mis dos hijos con 9 y 6 meses por primera vez a la guardería por razones laborales. La verdad es que, llegado el momento, se hace difícil dejar a tu hijo o hija al cuidado de otras personas. He tenido la suerte de encontrar una guardería fabulosa muy cerca de casa y siempre he estado tranquila en ese aspecto, ya que sé a ciencia cierta que los niños están en buenas manos.
 
Es verdad que el primer año de ambos fue un poco difícil, pues se enfermaron en bastantes ocasiones, pero ya a partir del segundo año, se fueron haciendo más fuertes y más inmunes a dichas enfermedades.

La primera vez que nuestros hijos asisten a la guardería, es recomendable hacerlo de forma gradual, si es posible, llevarlos unas pocas horas al día para que se vayan familiarizando con las cuidadoras y el entorno.

Para ellos es una gran cambio, ya que esta etapa implica la primera separación del entorno familiar, un entorno en el que el niño o niña se siente seguro y ahora deberá adaptarse a nuevas relaciones con otros adultos y quizás a otros horarios diferentes a los que estaba acostumbrado.

Por ello, es muy probable que nuestro hijo manifieste de diferentes maneras su miedo e inseguridad frente a este nuevo cambio; ya sea con tristeza, llorando, con inactividad o rechazo hacia sus educadores. Incluso es probable que manifieste cambios en el sueño o en los hábitos alimenticios, pero esto es totalmente normal, ya que forma parte del proceso de adaptación a la nueva situación.

Nosotros como padres, deberemos intentar ayudarles a superar estos miedos siendo comprensivos y con una actitud flexible pero a la vez firme. No vale que nos quedemos consolándolos durante largo rato a la entrada del centro, porque eso sólo conseguirá empeorar las cosas y que los padres nos marchemos con dolor, cuestionándonos si hacemos bien "abandonando" a nuestros hijos.

Las educadoras, siempre me han comentado que una vez pasa el período de los primeros días, los niños se habitúan con facilidad, sin embargo, son verdaderos maestros en el arte de mostrar sufrimiento a los padres. Por lo que me han contado, en la mayoría de los casos, el llanto cesa una vez se cierra la puerta.

Sí que es importante que los padres apoyemos a los pequeños, que tengamos buena relación con las cuidadoras e intentar hacerles comprender a los niños, que estarán bien atendidos y compartirán con otros amiguitos a la vez que aprenderán muchas cosas nuevas.

No se debe olvidar que cada niño es único y diferente, por lo que el proceso de adaptación no es el mismo para todos, pero entre la escuela infantil y los padres, conseguiremos que en poco tiempo, esta adaptación sea un éxito.

Juegos en la carretera

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A menudo hacemos viajes largos en carretera con nuestros hijos y muchas veces ellos terminan aburriéndose de estar tanto tiempo en el vehículo. Por eso, en el articulo de hoy, queremos proponerles diferentes juegos para entretener a los niños y que la jornada del viaje se les haga más amena. Estos juegos son ideales para niños entre 4 y 12 años.                            
                                         


Juego de las letras

Se trata de que un miembro de la familia elige una letra y dice: “Un, dos, tres, decimos palabras con la letra … P (por ejemplo)” y cada uno debe decir una palabra con dicha letra, hasta que ya no les salga ninguna palabra o se repita la palabra más de una vez. Se van turnando las personas que vayan en el vehículo, eligiendo letras diferentes cada vez. Gana el que menos se equivoque. Este juego favorece la habilidad con las palabras y les ayuda a relacionar las letras del alfabeto con las palabras seleccionadas.

Juego alfabético

Este juego se inicia encontrando alguna palabra en un cartel o letrero que veamos en el camino, que empiece con la letra A. El primero que la encuentre, dice la palabra en voz alta y el próximo objetivo es encontrar una palabra que empiece por la B y así sucesivamente hasta terminar el alfabeto en la Z. Se pueden omitir letras complicadas como la k, la q o la ñ.

Juego de las matrículas

Se pueden hacer dos versiones de este juego. Por un lado, se puede intentar contar las matrículas extranjeras que se vean por la carretera y gana el que consiga más al final del recorrido.

Otra versión es sumar los dos primeros números y los dos últimos de cada matrícula y si ambas sumas dan el mismo resultado, se gana un punto. Gana el que más puntos tenga.

Estos juegos refuerzan la habilidad matemática y el cálculo mental, a la vez que los mantienen entretenidos.

Juego de geografía

Se trata de nombrar un lugar, ya sea una ciudad o un país y la siguiente persona debe decir otro lugar con la letra que termina la primera palabra, y así sucesivamente. Por ejemplo, si se dice España, la otra persona dice Atenas, la otra puede decir Singapur, etc. Este juego es para niños un poco más mayores.

Veo veo

Este juego es un clásico para jugar en el camino. Generalmente dejamos que el niño elija algo que ve en dentro del coche y nos dice de qué color es. El resto tiene que adivinar de qué objeto se trata.

Con los más pequeños, siempre podemos cantar canciones infantiles con ellos durante la travesía. También está la opción de ponerles un reproductor de dvd en la parte trasera del vehículo y ponerles alguna película que los entretenga un rato, pero por supuesto, esta opción no será tan divertida como jugar con los papás.

Si el viaje es muy largo, es conveniente parar y descansar. Los niños deben caminar un rato y despejarse un poco para retomar las fuerzas y seguir nuestro camino.