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La pereza: gran enemiga de nuestros hijos

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Hoy en día las cosas se nos han facilitado en gran medida, en relación a hace unas décadas. Antes tenías que levantarte del sofá si querías cambiar de canal, buscar en enciclopedias si querías saber información sobre algún tema, o esperar pacientemente si querías un vaso de leche caliente, a que se calentara al fuego.
En la era de internet, microondas, mandos a distancia, etc, todo eso ha desaparecido. Nuestros hijos han crecido con comodidades que para ellos son imprescindibles y totalmente normales. Han crecido teniéndolo todo en sus manos sin el menor esfuerzo. Cada vez, los jóvenes son más perezosos, practican menos deporte y son más acomodados. Todas estas ventajas que nos han facilitado la vida, pueden convertirse en malos hábitos, creando efectos negativos en nuestros hijos.




Los jóvenes lo quieren todo rápido, sin el menor esfuerzo. No valoran el esfuerzo del trabajo porque lo tienen todo y no conocen la importancia de la perseverancia para lograr un objetivo. Evidentemente no todos los jóvenes son así, pero la gran mayoría se ha adaptado a tenerlo todo fácil y rápido. Si queremos que esto no suceda, debemos enseñarles e inculcarles el espíritu de esfuerzo y perseverancia para que tengan éxito en la vida.
Aquí os dejo algunos consejos para llevar a cabo esta enseñanza.
  • No les demos todo lo que nos piden. Hay que saber decirles que no y enseñarles a esforzarse por conseguir las cosas.
  • Debemos reducir su tiempo de televisión y videoconsolas y sustituirlo por el deporte y la lectura. No es sano pasar todas las tardes en un sofá viendo la televisión.
  • No hagamos las cosas por ellos. Aunque les cueste, les podemos orientar, siempre de forma adecuada a su edad, pero debemos dejar que ellos se esfuercen por vestirse solos, comer solos y hacer sus tareas sin que se las hagamos nosotros.
  • Enseñemos a nuestros hijos a ahorrar. Les podemos dar una pequeña cantidad semanalmente, pero haciéndolos responsables de sus gastos y la administración de ese dinero para sus cosas.
  • No ordenemos su habitación siempre. Hay que acostumbrarlos a que colaboren en las tareas de la casa como ordenar su cuarto, poner la mesa, ayudar en la limpieza, etc.
Muchos padres dirán que es muy fácil aconsejar estas premisas pero que no son tan fáciles de llevar a cabo. Es verdad, estoy de acuerdo pues yo tengo dos hijos pequeños también, pero el consejo es saber mantenernos firmes. Si no cumple con sus tareas, les asignamos más tareas a cumplir y hasta que no las hagan, no pueden tener su rato de ocio. Si nos mantenemos firmes y cumplimos esto, pronto veremos los resultados.