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Tiempo con nuestros hijos

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A día de hoy, muchos son los compromisos y obligaciones que tenemos los padres y madres hoy día, pero es necesario que nos paremos a pensar en el tiempo que pasamos con nuestros hijos. No importa tanto la cantidad, sino la calidad de ese tiempo que compartimos con ellos. Cualquier momento es bueno para demostrarles nuestro amor y lo importantes que son para nosotros.


En Educando a nuestros hijos, queremos aportar algunas pautas para aprovechar más el tiempo con nuestros hijos, para que ellos se sientan queridos y apoyados por unos padres que después del trabajo, las tareas de la casa, las compras y otras responsabilidades, nos sentimos desbordados y cansados para compartir con nuestros pequeños.

Lectura diaria: La hora de dormir es ideal para estar con nuestros hijos un ratito. Leerles un cuento por la noche refuerza los vínculos entre padres e hijos, además de ser beneficioso para el niño, pues mejoran sus aptitudes académicas, como la lectura y echan a volar su imaginación con fantasías y sueños.

Hacer de nuestro tiempo juntos una prioridad: Podemos planear actividades donde toda la familia comparte unas horas y debemos ser firmes y cumplir los planes tal como prometimos. Los niños deben sentir que son importantes para nosotros y deberíamos declinar cualquier otro plan que surja, porque ellos son nuestra prioridad.

La hora de la cena: Cenar todos juntos es la mejor forma de compartir en familia los momentos del día, la hora de conocer cómo ha ido el día para todos, hablar y comunicarse. Sería bueno no cenar viendo la televisión y dejar los teléfonos apartados aunque sea una horita. ¿Qué mejor que compartir con nuestra familia los momentos del día?

Limitar el uso de televisión y computadoras: Reconozco que es mucho más fácil para nosotros los padres, dejar que nuestros hijos vean la televisión o estén en el ordenador entretenidos con videojuegos o mirando internet, pero se debería limitar el uso de estos aparatos y no sólo a ellos, sino a nosotros los padres, porque al fin y al cabo, todo el tiempo que pasemos viendo la televisión o sentados en el ordenador, es tiempo que no estamos con ellos.  Saber dividir el tiempo para ellos y para nosotros, no es tarea fácil, pero se puede lograr.

Voluntarios en actividades: Es complicado, debido a la agitada vida laboral que tenemos los adultos, pero en la medida de lo posible, si podemos inmiscuirnos en las actividades de nuestros hijos, tales como participar como voluntarios en algún acto del colegio o asistir a sus actividades extraescolares de vez en cuando, es una buena forma de demostrarle a tus hijos que son importantes para ti.

Centrarse de forma individual: Cuando tenemos más de un hijo, sería bueno enfocarnos en cada uno de ellos de forma individual. Por ejemplo, salir un domingo con el mayor a jugar al fútbol o las chicas se pueden ir de excursión, etc. Preguntémosle qué actividad les gustaría hacer con papá o mamá y dediquésmole un día completo a cada uno de ellos.

Hacer ejercicio: Actividades deportivas o ejercicios de vez en cuando, serían muy beneficiosos para ambos. Montar en bicicleta juntos o hacer algún deporte, además de estrechar lazos es bueno para la salud de padres e hijos y una buena manera de compartir.

Si de verdad queremos pasar tiempo de calidad con nuestros hijos y no sabemos bien cómo hacerlo, seguro que nos ayudan algunas de estas pautas y el esfuerzo valdrá la pena, porque mejorará la comunicación entre nosotros, además de recompensarnos y estrechar lazos familiares.


Niños entre 3 y 4 años de edad

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Los niños entre 3 y 4 años ya dejan de ser bebés y pasan a ser niños con más conocimientos, habilidades e interacciones con los demás. Los niños de esta edad ya empiezan a formar frases entre 3 y 5 palabras en la primera fase, luego aprenden a plantear preguntas y hacen servir un vocabulario de unas 1000 palabras aproximadamente. Es normal que establezcan monólogos y hablen para sí mismos y aunque saben comunicar sus necesidades, todavía les cuesta establecer un diálogo.


En cuanto a sus habilidades motrices, los niños entre 3 y 4 años ya deben ser capaces de lavarse las manos ellos solos, pedalear un triciclo o pasar las páginas de un cuento con facilidad. Generalmente a esta edad permanecen quietos o haciendo la misma actividad durante un largo rato. Sobre los 4 años ya tienen más control sobre sus músculos y sus movimientos y tendrán habilidad para usar las tijeras y realizar figuras geométricas, así como aprender a reconocer las letras en mayúsculas.

Es importante a esta edad tener una buena higiene dental, los niños entre 3 y 4 años deben cepillarse los dientes solos y tener una buena higiene corporal. Podemos hacer que el cepillado sea como un juego divertido y una forma de imitar a los adultos. A los 3 años se completa la primera dentición, por ello es recomendable hacer una visita al dentista por lo menos una vez al año. Hemos de insistir en que no adopten malos vicios posturales, evitar el exceso de ruido producido por la televisión y acostumbrarlos a que se laven las manos con agua y jabón siempre que lleguen de la calle.

En cuanto al sueño, los niños de esta edad ya deben dormir solos y necesitan dormir entre 11 y 12 horas. Es importante mantener un horario y explicarles que necesitan descansar para recuperarse de la actividad diaria y no estar cansados al día siguiente. En esta etapa ya deben haber dejado el pañal de día y muchos niños también habrán dejado el pañal nocturno, aunque éste es normal también dejarlo entre los 4 y los 6 años.

Entre los 3 y 4 años es bueno fomentar la actividad física y estimularlos a hacer más deporte y ver menos televisión. El niño debe hacer ejercicio físico por lo que podemos buscarle una actividad con la que se divierta y aprenda. Es mejor una actividad al aire libre para que respire aire fresco y comparta con otros niños. Si podemos, es una buena opción apuntarlos a actividades extraescolares, pero siempre dentro de un límite, sin exagerar el tiempo que les dedica a éstas, siempre y cuando el niño disfrute con ellas.

Sobre la alimentación, cuando los niños tienen entre 3 y 4 años de edad deben adquirir una buena base para conseguir buenos hábitos alimenticios. Establecer horarios, hacer un buen desayuno, servirles raciones apropiadas a su edad, comer en familia y estabalecer normas sencillas de comportamiento a la hora de comer, haran que el niño se acostumbre a comer de forma saludable. Una alimentación adecuada y saludable significa comer de todo y en proporciones adecuadas.

En cuanto a la seguridad, es frecuente que los niños de esta edad sufran accidentes como caídas, quemaduras o ingestión de productos tóxicos. Nuestro deber es proporcionarles un entorno seguro y eliminar riesgos tanto como nos sea posible.

Para que un niño crezca feliz y sano, necesita encontrar en su familia el apoyo y el amor incondicional que ayudan a construir las bases de su personalidad. Debemos reforzar los vínculos familiares y estar más tiempo con ellos o por lo menos, que ese tiempo que compartimos sea tiempo de calidad.

Las actividades extraescolares

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Recientemente una mamá me hablaba de que su hijo tenía toda toda la semana ocupada con actividades extra-escolares; los lunes y miércoles iba a natación, los martes y jueves a inglés y los viernes a fútbol, además se quedaba en la acogida a primera hora de la mañana y al medio día, también se quedaba en el comedor de la escuela. Evidentemente lo hace porque no le queda otro remedio. Ha conseguido un nuevo trabajo, y tal como están los tiempos, no puede permitirse conciliar su vida laboral con la familiar

Realmente pensé en el niño, en la cantidad de horas que está fuera de casa realizando actividades sin parar y el poco tiempo que le debe quedar para disfrutar de sus padres o simplemente de jugar, cosa tan necesaria para ellos.

Casualmente cayó en mis manos un artículo de Padres y Colegios, una revista muy interesante que habla sobre educación, en el que hacía alusión a este tema, cuestionando si las actividades extraescolares son un complemento educativo o una sobrecarga innecesaria.

Según dicho artículo, 7 de cada 10 alumnos realizan actividades después del colegio y la demanda ha ido aumentando con el tiempo. Nos invitan a reflexionar sobre la causa de ese aumento y nos invitan a preguntarnos si lo hacemos por completar la formación de nuestros hijos o para rellenar el horario y que coincida con nuestro horario laboral.

Pienso que sobretodo, estas actividades debemos elegirlas teniendo en cuenta los gustos y la capacidad de nuestros hijos. No podemos forzarlos a hacer actividades que suplan algún “deseo frustrado” de los padres y hagan lo que nosotros hubiéramos querido hacer. Tampoco deberíamos insistir en que aprendan actividades que van en contra de la forma de ser del niño. Por ejemplo, si no le gusta el deporte, es mejor no obligarlos a que se apunten en fútbol o baloncesto, “para que le surja el instinto deportivo”. Ya llegará el momento en que se interese o quizás nunca lo haga, pero destacará en otros aspectos en los que sí le pueden ayudar otro tipo de actividades.

También existe mucha competitividad. Muchos padres quieren que sus hijos sean lo mejor en todo y arrastran a sus hijos a hacer toda clase de cursos que lo único que consiguen es saturar a los pequeños.

Cuando finalmente tenemos claro que vamos a apuntar a nuestro hijo o hija en alguna actividad, lo primero que hay que plantearse es si queremos que se diviertan o que refuercen sus conocimientos

Una vez planteado, hay que elegir un centro adecuado y una actividad acorde a los gustos y habilidades de nuestros hijos, pero no basta con inscribirlos y olvidarse del tema, ya que una vez iniciado este curso, hay que hacer un seguimiento sobre la evolución y progresos en dichas actividades y estar en contacto con los monitores para saber si finalmente la experiencia es positiva.

Entre las actividades extra-escolares más demandadas, se encuentran los idiomas (principalmente el inglés), natación, deportes en general y teatro. En mi caso, quería apuntar a mi hijo de 5 años en clases de inglés. No por rellenar horarios, ni por que haga algo nuevo, sino porque pienso que es muy importante que hoy en día domine ese idioma y las clases que dan en el colegio me parecen insuficientes, sin embargo a él no le gusta el inglés y me ha pedido que no lo apunte. A pesar de que sé que es importante para él, voy a esperar a que sea un poco más grande y comprenda la importancia de saber inglés para que se lo tome con más ganas. A lo mejor me equivoco, a lo mejor, no. ¿Quién lo sabe?