Los niños de 5 años ya son mucho más
autónomos y son capaces de realizar solos varias tareas. A esta
edad, los niños tienen más control sobre sus movimientos, han
desarrollado el sentido del equilibrio, ya disfrutan con carreras y
bailes, además utilizan los materiales escolares con mayor precisión
y seguridad.
Sobre los 5 años, los niños ya tienen
un vocabulario de unas 3000 palabras y empiezan a hacer preguntas que
se ajustan a sus necesidades reales. Es importante que los
acompañemos en sus actividades diarias y les demos explicaciones
además de establecer diálogos con ellos. También a esta edad, ya
siguen nuestros relatos y cuentos con mayor interés y preguntan por
las palabras desconocidas.
En cuanto a la conducta social, los
niños de 5 años ya establecen vínculos de relación interpersonal
con otros niños y se comunican entre ellos estableciendo pactos y
organizando tareas que se tienen que hacer en común. En esta edad,
los niños son capaces de reflexionar, de tener en cuenta los
sentimientos de los demás y empiezan a desarrollar una cierta
tolerancia cuando no consiguen lo que desean.
Es importante que sean conscientes de
la importancia de la higiene, enseñarles que tengan consciencia de
que la higiene es importante para tener una buena salud y debemos
animarles a que consoliden ciertos hábitos, como lavarse las manos
después de ir al baño, lavarse los dientes, sobretodo por la noche,
evitar malas posturas, etc.
El descanso es fundamental para una
buena salud. A los 5 años, los niños deben dormir unas 10 horas,
por lo que debemos procurar que descansen el tiempo necesario,
explicándoles que si no duermen lo suficiente, estarán cansados,
sin energía y de mal humor.
Los padres debemos proporcionarles un
ambiente seguro dentro del hogar. Los accidentes más frecuentes en
esta edad son las caídas, las quemaduras o la ingestión de
productos tóxicos. Estos accidentes se producen principalmente en la
cocina por lo que es nuestro deber velar por su seguridad y
mantenerlos añejados de estos productos y de los medicamentos.
Ayudamos a nuestros hijos si:
Los orientamos poco a poco para que
tengan sus propios criterios y sepan expresar lo que quieren.
Les enseñamos a responsabilizarse de
pequeñas tareas que pueden hacer solos, como vestirse, lavarse los
dientes, recoger su plato de la mesa, etc.
Los orientamos a la hora de pedir
juguetes para que no se dejen llevar por la publicidad televisiva.
Les transmitimos la importancia de la
lectura y la escritura. Podemos elaborar pequeñas listas con ellos
para que se vayan acostumbrando.
Cuando creamos momentos familiares en
los que los niños pueden expresar sus ideas y sentimientos.
Les damos tareas de responsabilidad,
como encargarse de una planta o una mascota. Eso les ayudará a
reforzar su autoestima.
Si compartimos un tiempo con ellos cada
día, instándoles a que compartan con nosotros sus preocupaciones e
intereses y demostrándoles que pueden contar con nosotros. Los niños
necesitan sentirse queridos y protegidos por las personas de su
entorno.