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Violencia en las aulas

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Leo un artículo en el periódico 20 Minutos sobre el aumento de la violencia en las clases de primaria y me preocupa que se haya llegado a esta situación.  Decía el artículo, que según el informe del Defensor del Profesor en Catalunya, los estudiantes tienen cada vez más actitudes violentas y provocadoras con sus profesores.

Para empezar, pienso que el hecho de que exista la figura del “Defensor del profesor” ya es una mala señal. En mi caso pertenezco a la generación de los 70 y en mis años de estudiante existía un respeto a los profesores, que era incuestionable. Era una figura a la que debíamos mostrar respeto y era todo un referente para nosotros. Los alumnos nos dirigíamos con educación incluso les hablábamos de usted y no necesariamente estábamos intimidados por ellos. En mi época escolar no hubo castigos físicos, por lo menos en el colegio en el que estudié, pero nadie osaba cuestionar al profesor y sus métodos para enseñar. Cuando llegaba el profesor nos poníamos de pie en señal de respeto, levantábamos la mano para preguntar algo y hasta que no nos daban permiso no nos atrevíamos a hablar y ni se nos pasaba por la cabeza insultar a un maestro. Evidentemente no todos los colegios serían igual, todo depende de la zona, del colegio, del barrio, etc., pero de todas formas hoy día todo ha cambiado bastante.

Dice el artículo que este incremento de la violencia está motivado por el bombardeo audiovisual que reciben los jóvenes, los videojuegos, las películas violentas, etc., que les transmiten una mala influencia, pero yo creo que ese motivo es sólo uno más añadido a la poca educación que enseñamos a nuestros hijos, defendiendo algunas veces a nuestro retoño antes que al profesor. En mi época lo que decía el profesor iba a misa, los padres acataban el castigo (ya fuera estar una tarde haciendo operaciones matemáticas, escribiendo mil veces la misma frase o castigado en un rincón), pero las cosas han cambiado y deberíamos preguntarnos ¿por qué?, ¿qué podemos hacer para volver a instaurar ese respeto

No me extraña que muchos profesores se sientan indefensos e intimidados y terminen con depresión; creo que nos corresponde a los padres intentar encontrar una solución para educar a los hijos en conjunto y formarlos en una sociedad mejor.