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La importancia de los valores

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Hoy queremos proponer un artículo interesante que leí el otro día, que hablaba sobre los valores que debemos enseñar a nuestros hijos para que en el futuro sean mejores personas.



Uno de los valores más importantes es el del respeto a sí mismo. Sí los niños se respetan a ellos mismos, podrán respetar y conocer a los demás. Las personas adultas deben demostrar que respetan a los niños escuchándolos y haciéndoles caso cuando se dirigen a ellos. Sería bueno elogiarlo cuando el niño tiene en cuenta los derechos de los demás. Hay que enseñarles a tratar a los demás como a ellos les gustaría ser tratados.

La tolerancia es otro de los valores importantes. Enseñar a nuestros hijos a ser tolerantes y respetar que todo el mundo es diferente, es vital. La naturaleza nos ha creado en esta infinita diversidad y eso es algo positivo, ya que sin estas diferencias el mundo sería aburrido y monótono.

La honestidad es otro de los valores que propone el artículo. Desde pequeños se les debe enseñar a hablar y obrar con la verdad y a ser sinceros con los demás.

La responsabilidad es otro valor básico en la educación de nuestros hijos. Debemos enseñarles a cumplir los compromisos adquiridos, para que podamos confiar en su palabra.

Compartir con la familia, tener amigos con los que jugar y compartir las experiencias con ellos, dar afecto sincero y desinteresado...son algunas de las cosas que harán crecer a nuestros hijos con importantes valores y harán que sean más felices.

Nuestros hijos deben aprender a tener una actitud positiva, ser optimistas y alegres, para enfrentar la vida con mejor humor. La mejor forma de enseñarles todos estos valores es dando ejemplo. La construcción de valores es una tarea imprescindible en la crianza, pues ellos dan sentido a la vida.

La menstruación

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Hablar de la menstruación, la regla o el período con tu hija, no debe ser un tema tabú ni debe ser complicado. Recuerdo cuando entraba en la pubertad, mi madre, socorrida por un librito que debía ser de los años 70 (por las imágenes y la extraña forma de abordar el tema), me hizo sentar para darme una charla sobre la inminente llegada de la menstruación. Ella estaba mucho más avergonzada que yo, que ni sabía nada al respecto, ya que en esa época (los años 80) no se hablaba tan abiertamente sobre el tema.

En la pubertad (etapa entre los nueve y 14 años), se producen muchos cambios fisiológicos y anatómicos que dan lugar a la maduración sexual y nuestro cuerpo cambia de una manera importante.

Los padres debemos informar a nuestros hijos sobre dichos cambios . Es importante que ninguna niña se vea sorprendida por la llegada de la menstruación sin saber nada al respecto.

Por suerte las relaciones madre-hija han cambiado bastante desde mi época y ahora son más abiertas y comunicativas, además la sociedad avanza demasiado rápido y por regla general, los jóvenes están mejor informados, gracias también a las nuevas tecnologías.

Para abordar el tema de la menstruación, es aconsejable hablar con nuestra hija sobre los 8 o nueve años o antes si se interesan por el tema. Hay que enfocarlo de forma positiva, diciéndoles que ese proceso es señal de que su cuerpo funciona bien, por lo que de mayor podrá tener hijos, si lo llega a desear. También se les debe enseñar las normas higiénicas, a utilizar las compresas o toallitas higiénicas y hablarles sobre las conductas de riesgo, ya que a partir de esa etapa, podría quedar embarazada.

Lo que no se debe hacer, es no hablar sobre el tema hasta que la tengan o enfocarlo como algo malo o doloroso para las mujeres.

Sí hay que explicarles con nuestras palabras, que la menstruación es un sistema complicado, que se regula desde el cerebro y que los ciclos duran, por norma general, unos 28 días, que unas chicas pueden sentir más molestias que otras, etc, pero que en general, se hace una vida normal.

En definitiva, animo a los padres y madres a hablar de estos temas con sus hijos, como algo normal, sin tapujos y sin sentir vergüenza de hablar abiertamente de algo tan natural como la menstruación.


¿Educan los abuelos?

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¿Educan los abuelos? Es la frase con la que iniciaron la reunión en la guardería de mi hija menor. La directora nos convidaba a reflexionar sobre esa frase, pues cada vez es más constante que los abuelos sean los que llevan y recogen a sus nietos al centro escolar, por no mencionar todo tipo de actividades que comparten con ellos en la vida cotidiana.


La respuesta es clara; por supuesto que los abuelos educan, pero...¿educan como nosotros queremos o educan a su manera? Eso ya es otra cuestión, pero está claro que los abuelos infunden valores a nuestros hijos, la mayoría comparten historias y experiencias con sus nietos de forma enriquecedora y les intentan enseñar en la forma en que creen conveniente, a ser mejores personas.

Muchas veces mimarán a nuestros hijos o les darán caprichos que nosotros no les solemos permitir, pero eso no es malo, los abuelos tienen otro rol en la vida de sus nietos; ellos ya criaron a sus hijos y ahora les toca compartir de una forma más sosegada y tranquila, la crianza de sus nietos.

Muchos padres exigen a los abuelos una dedicación total y absoluta con los nietos, sin embargo a veces se quejan de que no los están educando como ellos quisieran, pero pienso que ahí está el problema; los abuelos no están exclusivamente para educar y criar a sus nietos, sino para compartir con ellos, para guiarles, para darles cariño y enseñarles las cosas de la vida, que con su gran experiencia, seguro les harán grandes aportaciones a sus nietos. Si no nos complace la forma en que cuidan de nuestros hijos, deberíamos dialogar con ellos sobre lo que nos gusta y sobre los límites que nosotros como padres les hemos impuesto, siempre instándoles a respetar esos acuerdos, pero lo que no podemos hacer es exigirles estar ahí cada vez que los necesitemos y luego reprocharles las cosas que no son de nuestro agrado. Hay que entender que pertenecemos a generaciones distintas y cada uno tiene un criterio distinto para educar.

Cada día, cuando recojo a mis hijos en el colegio, veo a muchos abuelos que van a recoger a sus nietos diariamente. Es verdad que la situación hoy día ha cambiado y ambos padres trabajan con un horario difícil para conciliar con la vida personal, pero es que muchos de esos abuelos no sólo están presentes a la hora de la salida, sino que los llevan por la mañana al colegio, los recogen, los llevan a las actividades extra-escolares, les dan la comida, los llevan al parque, incluso hasta van con ellos a los cumpleaños el fin de semana.

Hay veces que me comentan frases como: "qué le vamos a hacer, es por mi hija, la pobre que trabaja mucho...", "hoy me encontraba mal, pero tengo que venir a por mis nietos..." o " a veces me gustaría quedarme en casa y descansar, pero no puedo..." y pienso en los pobres abuelos que también en su día tuvieron que trabajar y sacar sus familias adelante y ahora que deberían descansar y disfrutar de la vida, deben o tienen que cuidar también a sus nietos a tiempo completo.

Por supuesto también existen otro tipo de personas, como los abuelos que se desentienden y no tienen mucho trato con los nietos, o los abuelos (principalmente abuelas) que están encantados con tener a sus nietos las 24 horas, pues quizás les compensan su soledad o les gusta sentirse útiles y en forma para ese nuevo rol. También están los abuelos que por una causa u otra, viven lejos de sus nietos y sienten la nostalgia de compartir con ellos.

En la guardería de mi hija, les van a dedicar el "día de los abuelos", un domingo dedicado a ellos para agradecerles su gran labor.

Hoy escribo este artículo para que los padres reflexionemos sobre el tema y sobretodo tengamos consciencia de el esfuerzo que realizan los queridos abuelos, que deberíamos agradecer y valorar ese tiempo que nos regalan, a nosotros y a nuestros hijos. Y por supuesto, debemos tener en cuenta su situación emocional y fuerza física para no abusar de ellos sino disfrutar y compartir con ellos la educación de nuestros hijos.